sábado, 8 de enero de 2011

"Carta a D. (Historia de un amor)", de André Gorz


Acabo de terminar “Carta a D. (Historia de un amor)”, de André Gorz. Edita Paidós. Traduce Jordi Terré y se editó en 2008. Como bien indica el título, se trata de una carta escrita por Gorz a su mujer, unos días antes de morir. De morir ella y él, porque se suicidaron juntos. Glups. ¿Puedo empezar por el final? El último párrafo -siento chafar el pastel- dice así:

Acabas de cumplir ochenta y dos años. Has encogido seis centímetros, no pesas más de cuarenta y cinco kilos, y todavía guardas la gracia deseable de la hermosura. Hace cincuenta y ocho años que vivimos juntos y te amo más que nunca. Hace poco he vuelto a enamorarme de ti y llevo en mi seno, de nuevo, un vacío devorador que sólo colma tu cuerpo apretado contra el mío. Por las noches veo a veces la silueta de un hombre sobre una carretera vacía que atraviesa un paisaje desierto. El hombre camina tras un coche fúnebre, y el coche fúnebre te lleva a ti. No quiero asistir a tu incineración, no quiero que me envíen un bocal con tus cenizas. Oigo la voz de Kathleen Ferrier que canta «Die welt ist leer, Ich will nicht leben mehr», y me despierto. Acecho tu aliento, mi mano te roza. A los dos nos gustaría no tener que sobrevivir al otro. Y nos dijimos que si, por imposible que parezca, tenemos una segunda vida, querremos vivirla juntos.

Y ahora mi reseña gatuna: el libro es sobrecogedor, pero a ratos. Queda feo decirlo por lo honesto que es, pero es así. La primera parte de la carta viene a explicarnos cómo André y D (de nombre Dorine) se conocieron. Es una historia sencilla, incluso bastante común. Un aspirante a escritor y filósofo francés conoce a una inglesa pizpireta y se enamoran en Lausane. Se casan, se van a vivir juntos, pasan penalidades juntos, ups & downs, etc… Life as it is, vamos. Bien narrado, contextualizado y con un sentimentalismo medido, hacia el meridiano de la carta la cosa se estropea cuando se pone a repasar, reflexionar y airear asuntos pendientes. Sí, pendientes porque Gorz  se empieza a liar en un intento de exculparse por cosas que dijo e hizo en varios momentos de su vida. Concretamente cosas que escribió acerca de Dorine en varias de sus novelas. Parece ser que Dorine aparecía escamoteada en personajes femeninos y no quedaba muy bien parada. Él lo hizo a sabiendas y ahora se quiere disculpar. Mmm…
Luego la cosa se arregla y se pone muy estremecedora con las últimas diez páginas, en las que -una vez descubierta la gravísima enfermedad de Dorine- la pareja se retira al campo, se vuelve vegetariana, se vuelca en el ecologismo político y se dedica a amarse por última vez. Es un final sobrecogedor, emotivo y cortante. Recomiendo la lectura, sí, pero me pregunto varias cosas: ¿escribió esto Gorz con intención de que se publicase? ¿dejó leer Gorz esto a su mujer antes de cometer este doble suicidio? Todo ello me resulta macabro. 

Dorine y André, la belle époque. 

2 comentarios:

  1. ¡Byron es el gato más preciosísimo de toda la blogosfera!
    Estoy segura de que le encantará leer 'Soy un gato', de Soseki (publicado en Impedimenta).
    Saludos bibliotecarios,
    B. Redfield.

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  2. Hola, B. Redfield. Gracias por tus comentarios, me he sonrojado, miau. He linkado ya tu blog,y me he paseado por él. Ya estás también en mis blogs favoritos. Y QUE VIVA JANE AUSTEN.
    Leí a Soseki en su día y me pareció muy interesante. Saludos.

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