jueves, 16 de diciembre de 2010

"Gato saliendo de una bolsa", de Jeffrey Brown


Bueno, vale. Me ladran por ahí que sólo leo alta literatura, y es es falso a todas luces. Yo leo de todo, cosas ligeras, cosas serias, cosas demasiado pesadas, revistillas y bastante cómic. Diarios no, me aburren.  Ayer repasé esta joyita de Brown que llegó a reeditarse varias veces. Sin hacerme aplaudir, la verdad es que me parece batante bueno el cómic. Narra las aventuras y desventuras de Misty, la primera gatita que tuvo el autor, una gata guapa y revoltosa.

Esto también lo hago yo...

Todo me recuerda a mi, claro. Es lo que tiene ser gato. Me gusta la idea de que al dueño (por llamarlo de alguna manera, porque dueño de un gato no hay nadie, eso que quede claro) no se le vea nunca la cara (buen, vaale, al principio sí, un poco). Eso está bien porque el mundo gatuno siempre sucede muy cerca del suelo, y así la perspectiva de Brown es verdaderamente justa con la de un felino. Bien visto, Jeffrey.
Edita La Cúpula. Remiau.


Así de fritico me suelo quedar después, nunca antes ni durante mis lecturas.

jueves, 9 de diciembre de 2010

"Shortcomings", de Adrian Tomine

Me gusta mucho Adrian Tomine. Me compré en su día “Rubia de verano” y me pareció espléndido. Busqué más cosas de él y tuve que comprarlas en inglés porque en España no se había editado aún. Encontré “Optic Nerve” (que comenzó a escribir en 1991) en una librería de San Francisco y seguí comprando el resto de su obra por aquí y por allá. Tomine es conciso, tanto en el dibujo como en el guión. Conciso no es seco ni frío, como muchos lo han definido. Tomine viene a ser literatura dibujada, y muchos no-fans del cómic lo leen y lo disfrutan. No hablaré de “novela gráfica” porque el término ya cansa. “Shortcomings” es lo primero que escribió Tomine. Algunos dicen que tiene un estilo “carveriano”, y otros que si hiciera cine se parecería al de John Sayles. No sé, yo creo que conecta con el “angst” americano de toda la vida, y por extensión con el europeo, por supuesto. Es un gran observador, un reportero del alma humana (eso me ha quedado algo snob, lo sé), alguien que convierte lo cotidiano en novelable, como el primer Woody Allen. “Shortcomings” y el resto de su obra es eminentemente realista, emocional. Popular. Tomine tiene mucho talento y lo voy a seguir muy de cerca.

Y ahora aquello de “Si te gustó Tomine, te gustará”:
Daniel Clowes, claro, el pater de todo. “David Boring”, “Ghost World”, etc…
Los hermanos Hernández, of course. “Love and Rockets”, etc…
 
 

martes, 7 de diciembre de 2010

"Ardiente secreto", de Stefan Zweig

Me he leído “Ardiente secreto” en una mañana, con el sol entrando por el balcón, tumbado en el suelo, muy a gustito. Esta es la primera novela de Stefan Zweig, y la escribió en 1910. La historia relata las vicisitudes de un niño enfermizo y sensible que se ve forzado a ver a su madre debatirse entre el desenfreno carnal y su propia abnegación como madre. Ambos, madre e hijo, llegan a un lujoso hotel austríaco para pasar unos días de descanso. Allí se encuentran con un barón guapetón, un funcionario que se la sabe muy larga y enseguida le echa el ojo a la madre del crío. Edgar -que así se llama el niño- se queda embelesado por el carácter del barón (que lo utiliza para aproximarse a Matilde, su madre) y pretende tenerlo como amigo íntimo durante el resto de su estancia en el mencionado hotel. Luego la cosa se complica y…no voy a contar más, claro. “ardiente secreto” es una de esas historias de infancia y descubrimiento que a mi tanto me gustan. Descubrimiento del mundo adulto y lo banal que puede llegar a ser. La fascinación que un niño puede sentir por pertenecer al “universo de los mayores” y la posterior decepción. Debilidades, mentiras, soledad, todo eso tan adulto que un niño desconoce y sin darse cuenta ansía. Una novela breve, maravillosa, que en su día agotó la primera edición (10mil ejemplares) y fue elogiada por la crítica. Años más tarde llegó a los 17mil ejemplares y, como el resto de la obra de Zweig, fue incluida en la lista de los nazis para la quema de libros.
"Ardiente secreto" está editada por Acantilado.


Así me he quedado después de leer a Zweig. Miau.

lunes, 6 de diciembre de 2010

"Punto Omega", de Don Delillo


Me quedan cincuenta páginas de "Punto Omega", la última novela de Don Delillo. Pensaba -malos consejeros- que sería difícil de leer, pero es al revés. Su literatura entra como la seda, te hace reflexionar. Sus frases, cinceladas con escalpelo, dicen lo justo. Es casi poesía, longitud y sentido tan bien hermanados. A veces he tenido que releer algún párrafo sólo para recreame en su fuerza. El primer capítulo me ha recordado a "Compañía", de Samuel Beckett, y luego hay momentos como de Cormac Mc Carthy pero sin puñetazos. Soledad, desconcierto. También he pensado en aquella peli de Antonioni, "L´Avventura", no sé bien por qué. Me gustan las novelas que con pocos personajes generan tantos mundos. Admito que es lo primero que leo de Delillo, y me voy a animar a volver a sus trabajos anteriores. Recomendado a todos desde ya. Es literatura con mayúsculas. Miau miau.
"Punt Omega" está editada por Seix Barral.

domingo, 5 de diciembre de 2010

"Una saga moscovita", de Vasili Aksiónov


Con este frío que nos invade me apetece una novela rusa. Ya disfruté mucho la preciosa edición de Alba de "Anna Karenina", y ahora llega a mis garras este gran fresco de la Rusia contemporánea, una historia de crueldad, traiciones, pasión y dolor bajo el cielo siempre gris del Kolimá.  Miau.
El Washington Post ha dicho: "La gran novela rusa del siglo XX, a la altura de Guerra y paz". Edita La Otra Orilla y traduce Marta Rebon.


Aquí estoy leyendo Tolstoi al sol.