jueves, 19 de mayo de 2011

"Resurrección", de Lev Tolstoi


¡Respeto máximo por Lev!

¡Miau, por todos los felinos de la gran madre Rusia! Tolstoi es tan buen escritor que luego de terminar una novela suya no quieres abrir nada más. No tiene mucho sentido, te quedas vacío porque sabes que lo ha dicho todo. Me enviaron "Resurrección" hace tiempo, y entre una cosa y otra, no pude hincarle el diente.  
Y, miau, una vez terminada, no puedo más que aplaudir con las orejitas, maullar sin cesar en el balcón, postrarme ante el estilo y el temple del mejor autor ruso de su época. 
A veces con cierto moralismo de su época -lógico, por otra parte- , "Resurrección" brilla por sus excelentes personajes, sus pasajes sobrecogedores, su ritmo y una trama que ya querrían muchos best-sellers poder tener. 
¿Es Katia uno de esos personajes imprescindibles de la novela de comienzos del siglo XX? A Clarín le encantaba esta novela, y no me extraña. Me entero que en algunos países se llegó a traducir como "La terrible historia de Katiushka" o simplemente "Katia". Me parecen buenas opciones.
Por favor, léanla, porque es muy muy grande.
Edita, tan bien como siempre, La Otra Orilla. Traduce Víctor Andresco.


¡Me acerco, husmeo y...a leer!

martes, 17 de mayo de 2011

"Miau", de José Fonollosa


¡Eh, tú, lector, "Miau" mola mucho!

No podía faltar este cómic, y mira que hace tiempo que lo leí, pero como me embarqué en otras cosas, se me pasó. "Miau" es la guía perfecta para los que tienen gatos. Todo lo que hacen los mininos del autor es lo hago yo en casa. Es divertido verlo por fin dibujado, para que los humanos lo entiendan de una vez y: A. algunos se regodeen, B. algunos se indignen, B. muchos se vean reflejados. Y es que los gatos somos como somos, vagos, divertidos, retorcidos, guarretes y limpios a la vez. Sólo hacemos lo que nos pedís cuando no estáis mirando, no nos gustan las fotos, nos apasionan las bolsas, las cajas y las bolas de papel o de cualquier otro material. Si nos dais coba, nos subimos a hombros y a donde haga falta. "Miau" tiene continuación: "Más miau", y según el blog oficial del cómic, ya están pensando incluso en una tercera parte, con más amiguetes y más aventuras. 


Con esta página me parto de la risa...

Felicito a José Fonollosa, a quien (él no se acordará) tuve el placer de saludar en una firma de cómics hace un mes. ¡Tengo un dibujo suyo dedicado! En fin, me gusta su trabajo, su manera de colorear, sencilla pero inteligente, sus planos (no es difícil ponerse en la piel de un gato, no), sus onomatopeyas y las risas que me echo con todas las tiras del libro y del blog. Edita sabiamente la buena 
gente de Diábolo Ediciones. Miau, más miau, y requetemiau.


Me veo reflejado en alguna que otra viñeta y, claro, me da vergüenza...cómo somos los gatos...


¡Queremos más cómics para gatos, sí señor!

jueves, 5 de mayo de 2011

"Logicomix - Una búsqueda épica de la verdad", de Apostolos Doxiadis y Christos H. Papadimitriou


Aquí me tenéis, a punto de enfrentarme a los grandes del pensamiento logico.

He maullado mucho con esta novela gráfica, que más bien podría ser una autobiografía gráfica. 
300 páginas de nada que he leído con fruición durante cuatro noches de placer filosófico-matemático. Bertrand Russell viene a ser el protagonista de "Logicomix", pero los inteligentes autores han sabido explicar una época de la historia de la humanidad y del pensamiento con sabia pluma. Asesorados por un matemático de Berkeley y acompañados de un poso de tragedia griega (los autores, por si no se ha notado en el título, son del país heleno), los autores captan el zeitgeist de un momento clave: finales del siglo XIX y primeros cincuenta años del XX. A través de la propia vida de Russell (madre mía, la de cosas que le pasaron a este buen hombre), viajamos por el mundo de las ideas, de la matemática, de la lógica y de la filosofía. La búsqueda de una explicación lógica del universo es algo inasible a priori, pero Russell es insistente y metódico (faltaría). Y luego aparecen sus contemporáneos (en fantásticos y bien resueltos encuentros): Frege, Hilbert, Gödel y el grandísimo Wittgenstein, entre otros. La persecución de la verdad, la búsqueda definitiva de un lenguaje que dé sentido al mundo y gire en 360 grados el devenir del modo de acometer los misterios de la existencia. Poca broma. 


Al principio, dudé si debía acercarme tanto...pero Russell me llamaba.

A nivel narrativo me parece correcto. Los intercalados son necesarios (la historia es densa) y sirven para suavizar un periplo arduo viendo cómo los propios autores del cómic discuten sobre el desarrollo del mismo (fácil recurso que aquí ayuda, aunque en otras ocasiones suele despistar y frenar la trama).
Así las cosas, "Logicomix" se convierte en ese libro de historia que jamás leerías si te lo recomendara tu profesor de matemáticas o de filosofía. Pero si lo edita Sins Entido, lo prologa Fernando Savater y hace que durante cuatro noches quieras postrarte en el sofá y disfrutar con las idas y venidas de "Bertie" Russell como si fuesen las hazañas del mejor de los súper-héroes, pues bravo. Miau.


Y así me quedé cuando terminé "Logicomix". Los límites de mi lenguaje...



martes, 3 de mayo de 2011

"Cuánta tierra necesita un hombre", de Lev Tolstoi






Esta edición la encontré en el Espacio Sins Entido de Madrid una tarde extraña de febrero.
A precio de derribo conseguí la adaptación ilustrada por el siempre genial Miguel Ángel Díez de este relato de Tolstoi, con guiños a varios otros cuentos del ruso, como son "La niña ratón", "Los hilos delgados", "Una niña había cogido una cigarra", "A un mujik le había desaparecido dinero", etc...


El relato es de sobras conocido (a Joyce le parecía el mejor escrito jamás), y Miguel Ángel Díez clava con sus dibujos y su ambientación a los personajes en su paisaje. Lleno de matices, de grises que no lo son tanto, de facciones misteriosas y entintados de lujo (la portada con relieve es genial), el cuento con moraleja queda enmarcado a la perfección. La lucha del hombre contra su propia naturaleza, la muerte, el difícil trabajo de ser padre y ser ambicioso y confiarse de personas que no has visto jamás, la pobreza de ser pobre, la pobreza de ser rico, la ambición, la corrupción, el deseo de prosperidad, la indiferencia ante tus semejantes. Los personajes de Tolstoi no pueden ser planos jamás. La vigencia del relato es tremenda. Edita Edelvives.