Este libro no se me escapa
Esto es una caja de sorpresas,
amigos. Con este libro, aparentemente
modesto y pequeñito (y modernito), niños y adultos se lo van a pasar en grande.
O mejor dicho, fetén, de fábula, estupendamente. Nicanor es un joven curioso
que encuentra una caja llamada Casiopea. Con ella recorre un camino repleto de
vocablos desconocidos que rápidamente se convierten en familiares, a pesar de
su sonoridad y su supuesto y primigenio misterio.
Cabriolas: una de mis palabras favoritas
¿Cuántas veces hemos
preguntado a nuestros padres o amigos acerca de palabras que nos son
desconocidas? ¡Miles! ¿Cuántos tebeos
incluían expresiones raras que aprovechábamos para buscar en el
diccionario y acabar aprendiendo? ¡Cientos! Pues Nicanor está en esa misma
situación. Y Casiopea es una caja como de Pandora pero sin la maldad que esta
incluía, claro. Casiopea está llena de palabras tronchantes y rimbombantes y
biensonantes. Casiopea y Nicanor se
cruzan con una tal Scruchi (¡menuda ella!) y con un bólido y un skater y un gaznápiro
insensible y con mi personaje favorito de la historia: Guarripichi, un perro
que decide…en fin…no pienso decir más. ¡Chitón, a leerlo toca!
Garantía de buena lectura Byron Cat
Abran este libro, léanlo con sus
hijos y admitan que hace tiempo que no abren un tesoro ilustrado como este con
el que se parten de risa. Cierto es que hablamos con poco vocabulario y hay montones
de expresiones abrumadoras para usar, frases ampulosas, algunas rimbombantes, verdaderas
astracanadas, excelsos juegos de palabras que andan en desuso por falta de…de
sentido del humor. “La caja de Nicanor” es como un diccionario pop para
desengrasar nuestra vagancia expresiva, un antioxidante del vocabulario.
Quiero hacer mención especial al
tratamiento gráfico de esta joya. Si la historia ya es más que interesante, no
se pierdan los colores, las proporciones, los juegos que Abel Cuevas (mis más
gatunas felicitaciones desde este humilde blog) regala a este precioso libro de
Blanca Lacasa. ¡Retruécanos, qué maravilla!
Edita sabiamente Modernito Books.
Las tipografías infinitas de Abel Cuevas molan mazo
Ejem, mejor dicho: me placen sobremanera
Fantastic!
ResponderEliminarsí, Ian, el libro es fantástico :)
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