lunes, 28 de mayo de 2012

"My favorite things. Conversaciones con John Coltrane", Edición de Michel Delorme



Huelga decirlo, pero Coltrane es una leyenda. Y su música amansa a las fieras.
Siendo pues la fiera que soy,  amante del jazz también, la combinación se convierte en mortal.
El mito, el misterio que lo rodea y el halo de misticismo de su última etapa. Todo eso no me interesa mucho, la verdad. Lo que sí me interesa es escucharlo y perderme entre las estructuras de sus acordes más standards y también en los más complicados de seguir. El punch de sus composiciones y su manera inimitable de interpretarlas. Eso sí. 



¿Verdad que reconoces si es Coltrane el que está tocando en cuanto escuchas una pieza tocada por él? Eso es mágico, una experiencia única. Pero vamos al libro.
Editado Alpha Mini, esta mini joya recoge 2 entrevistas y una carta. Las entrevistas las hizo Michel Delorme, una en 1962, la otra un año después. Luego se transcribe una carta del propio Coltrane a Don DeMichael, director de la revista Down Beat.




¿Qué aprendo de las palabras de Coltrane? Una serenidad, una dedicación al trabajo que ya no existe. Ni en la música ni en la literatura ni en ningún arte. Leo a un músico que busca extraer todo lo que cree que alberga en su interior. Hablo de una capacidad de concentración inviable nowadays. "Parto de un punto y llego lo más lejos posible", dice Coltrane. A eso me refiero exactamente con lo de la entrega y el sacrificio. Algo inusual actualmente, ¿verdad? Una exploración metódica, obstinada, sin esperanzas, de sus propios recursos y posibilidades. Aquello de "la inspiración me pilló trabajando", efectivamente. Mirando a las musarañas no te llega nada, vamos. Trabajo, trabajo, trabajo.


Algo que me gusta de no muchos músicos realmente geniales es una mezcla de modestia y un "yo soy Coltrane" que no se atreven a mostrar. Sí, en estas dos entrevistas se nota mucho. El periodista, absolutamente enamorado de Coltrane y su música, le va intentando "atrapar" en un misterio y revelación, quiere inferirle una unicidad de icono del jazz, de estrella. Y Coltrane quiere escapar de esas flores, pero no puede. Bueno, sí pero no. A veces da la impresión que sabía que no podría llegar más lejos con su arte. De todas formas, admite en varias ocasiones que lo que él busca es algo interior, algo que le lleve a lo más extremo de su ser y se traduzca en notas musicales que -eso sí- logren enamorar a la audiencia. Nada de "el público no me interesa", todo lo contrario. "Los auténticos poderes de la música son todavía desconocidos", dice el propio Coltrane. Bravo.

2 comentarios:

  1. Hola.
    Me alegra que hayas colgado este post. Hace un rato que acabé de leer el librito que comentas y resultan interesantes las preguntas y respuestas.
    Después de "A Love Supreme", Trane ya estaba en una onda muy cósmica y espiritual, comenzó el delirio, ayudado por el LSD, la contracultura y su nueva compañera sentimental: Alice.
    Llevo escuchando a Coltrane más de la mitad de mi vida y recomiendo sumergirse en sus últimas grabaciones (First Meditations, Kulu Se Mama, Interestellar Space, Cosmic Music, etc), en pequeñas dosis, tema a tema, sin empachos...requiere atención y escucha, te ayudará a conocerte y mostrarte el paisaje del futuro, que es ahora...cuarenta y pico años después.
    Saludos.
    Eric Dolphy

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  2. Hola Eric!
    Pues sí, a Trane hay que escucharlo en toda su extensión.
    Agradezco tus palabras, y cierto es que la música no tiene tiempo, y el futuro y el presente pueden estar sucediendo en cualquier instante. Siempre que la banda sonora sea Coltrane.
    Meow!

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