domingo, 28 de agosto de 2011

"El arte de abordar a su jefe de servicio para pedirle un aumento", de Georges Perec




Confieso que compré el libro por ese magnético y atractivo título, el diseño de la cubierta y el tamaño. Todo era tan adorable que no pude resistirme. 
Y además Perec, del que sólo había leído "Lo infraordinario" y vaya si me gustó.
Aquí tenemos un ejercicio de estilo Oulipiano cien por cien Perec, un laberinto en forma de desafío lingüístico que la editorial La Uña Rota ha editado por primera vez en castellano, en su colección Libros Robados. ¿Y en qué consiste el juego técnico del autor francés?
Todo viene de un organigrama -incluido en el meridiano del libro- en el que se trazan linealmente todos los caminos posibles que tiene un empleado cualquiera de una empresa cualquiera para solicitar a su jefe (de servicio) un aumento de sueldo. Imaginad lo kafkiano del tema: alternativas, hipótesis, what if, decisiones tomadas y no tomadas, tentativas fallidas y logradas, idas y venidas, logros y fracasos. ¿Os suena de algo? Sí, la vida real…

Pues bien, el libro está planteado de la siguiente manera: la primera parte -correspondiente al texto titulado  "El aumento"-, es precisamente todo ese entramado de dimes y diretes del empleado hacia el despacho del jefe, escrito en forma perecquiana, frase va frase viene, hasta la página 88. Luego tenemos el organigrama, ininteligible o no, depende cómo se vea o se lea. Después, ya narrado en texto corrido, el texto completo titulado "El arte de abordar a su jefe de servicio para pedirle un aumento", donde volvemos a encontrarnos con lo mismo de antes pero con un estilo absolutamente vacío de signos de puntuación y marcas de cualquier clase. Todo a renglón seguido, para quedarse sin aire, para palpar aún más si cabe la asfixia de un acto asfixiante de por sí. 


¿Se podrá leer a Perec al revés? Fijo que sí.

¿Alguien ha pensado en "El Proceso" o la misma "La metamorfosis" del enorme Frank Kafka? Pues yo también.
Debo decir que soy muy amigo de los juegos de palabras en general, de todo lo que Lewis Carroll nos enseñó con "Alicia a través del espejo" (infinitamente mejor que "Alicia en el país de las maravillas", pero eso es otra historia y deberá ser contadas en otra ocasión) y de cualquier autor que intente estirar o comprimir las palabras, jugar con ellas, darles nuevos y viejos sentidos, desentrañar una nueva manera de escribir y, por ende, de leer. Cortázar, Cabrera Infante, Calvino: os quiero. Miau.
En el posfacio de Pablo Moíño Sánchez -que también traduce el texto íntegro- se nos explican las vicisitudes por las que ha pasado el texto, la traducción y el destino final de este divertimento de Perec. (aprovecho para decir que mi procesador de textos del ordenador convierte Perec en Perece, cosa que seguro le encantaría a Perec). También nos describe el Oulipo desde sus orígenes (Queneau, etc…) a sus derivaciones, etc... 
Más miau.

Un pequeño consejo de lectura: no penséis que al finalizar esta pequeña joyita obtendréis alguna clave, por peregrina que sea, para saber cómo acercarse a ese ente empresarial llamado "jefe" y pretender que os aumente esa otra quimera empresarial llamada "salario". No. Nada más lejos. Remiau.


¡Byron mira a cámara!

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