jueves, 24 de febrero de 2011

"Vanina Vanini", Stendhal


Cuando a la mujer más bella de Roma se le pregunta, en el baile más elegante de la temporada, qué muchacho sería de su agrado, esta responde: "Ese joven carbonario que acaba de escaparse; al menos, él ha hecho algo más que tomarse la molestia de nacer". El amor hiere de tal manera a Vanina que, en su empeño por salvaguardarlo contra las adversidades, actúa de forma que aleja a su amado revolucionario irreversiblemente cada vez más lejos de ella. Bellísima historia de traición entre amantes, Stendhal pone su genio al servicio del corazón humano, en un brilllante drama de desencuentro, ¿Amor o Patria? Yo soy de los de Vanina, Miau.
¡Cuántas alegrías editoriales nos depara Periférica!

Ya nadie escribe como Henri Beyle

Mi mejor perfil es siempre para Stendhal

domingo, 20 de febrero de 2011

"Mitsou. Historia de un gato. Seguido de Cartas a un joven pintor", de Balthus y Rilke


Balthus y otro gato que tuvo de más mayor 

Es este un libro que entra por los ojos. Por mis ojos de gato, amarillos y afilados.
Entré en la librería y lo vi al instante. Un precioso minino dibujado por Balthus corona la portada, blanca y limpia, de esta joya que desconocía por completo. El libro (¿podría hablarse de proto-novela gráfica?) es una compilación de láminas que Balthus, por aquél entonces Baltasar Klossowski, dibujó cuando tenía diez años (era 1921), en claro homenaje a su pequeño felino perdido. Sí, perdió a Mitsou y su tristeza y su arte se cruzaron para regalo de sus amigos, entre ellos el nunca suficientemente elogiado Rainer Maria Rilke. En el prólogo dice Rilke: "El gato de mi vecino brinca través de mi cuerpo, ignorándome o mostrando mi absoluta inexistencia a las cosas maravilladas".


Las láminas son candorosas hasta decir basta, ciertamente dulces e inocentes, pero reflejan a la perfección la historia de Balthus con su gato: el encuentro con Mitsou, los juegos, la pérdida y la reflexión, y hace pensar en la pérdida como primer encontronazo con la muerte, sobre todo en alguien tan joven como el aristócrata polaco Balthus.


Termina este libro con unas preciosas cartas que Rilke envio al joven desde que éste terminó las láminas y casi hasta la muerte del primero, acontecida en 1926. Brillante, emocional, me ha gustado mucho, he maullado de placer (por las ilustraciones) y de dolor (por lo que tan bien representan).

Mitsou me cae bien, pero se escapó.

jueves, 10 de febrero de 2011

"El terror en la literatura", de H. P. Lovecraft



Astrud tiene una canción titulada "El miedo que tengo", y me encanta.
Backlist tiene el buen gusto y el buen hacer de editar esta joya casi inencontrable de uno de los precursores del miedo que tenemos todos.  Dunwich. DUNWICH. No digo más. Ni menos.
CTHULHU. El gran Javier Aparicio prologa, y prologa bien. Nos explica que la forma de hablar del miedo es más importante que el miedo mismo. No, no es más importante, es EL INSTRUMENTO para dar miedo. H.P., o sea:  Howard Phillips Lovecraft escribió este ensayo -adelantado a su época es poco- con el fin de analizar el género del terror en la ficción literaria. Y claro, aquí aparecen todos los popes de la literatura gótica: Hawthorne, Shelley, Poe, Bierce;  y presenta a su vez, a los cuatro "maestros modernos" (Lovecraft dixit) del terror. Los 4 jinetes del Apocalipsis. A saber:
Arthur Machen, Lord Dunsany, Algernon Blackwood y M. R. James.
Yo admito haberme asustado bastante con M. R. James. Miedo de verdad.
A los otros no los he leído, pero estoy en ello. Así las cosas, recomiendo la lectura de este ensayo.
¡Y a temblar!

martes, 8 de febrero de 2011

"El diablo de los números", de Hans Magnus Enzensberger



En 1997 se editó por primera vez "El diablo de los números", del tal Enzensberger. A mi me lo regalaron hace dos semanas y lo he disfrutado relativamente. Me explico: no soy muy dado a las matemáticas, soy algo patoso con los números, así que era lector potencial de este bonito ejemplar de novela juvenil con transfondo técnico, a saber: aprender mates con un relato bien explicado y didáctico a más no poder. A Robert no le gustan las matemáticas debido a que -como yo- no las entiende. Una noche sueña con un diablillo  que pretende iniciarle en la ciencia de los números; y a partir de entonces, y durante doce noches, Robert y el diablo de los números van ampliando conocimientos a través de sumas, restas, tablas, fórmulas, raíces cuadradras y muchas operaciones más.
En general, está bien, aunque se me hizo un poco largo.
Las ilustraciones, de Rotraut Susanne Berner, no me apasionaron mucho, siendo honesto, aunque es de fácil lectura y tiene todo lo que hay que tener para gustar a los niños.
Lo que sí me apetece es descubrir más cosas del autor alemán; que tiene otras novelas con títulos tan sugerentes como "Historia de las nubes", "Migajas políticas" o "Más ligero que el aire".
Edita Siruela en su colección "Las tres edades".